25.07.2023
Cistitis e infecciones recurrentes
La cistitis se define como la inflamación de la vejiga y/o de vías urinarias inferiores, habitualmente por causa infecciosa.
En la mayoría de los casos el origen de estas infecciones es bacteriano; siendo menos frecuente la cistitis de origen vírico o fúngico.
A menudo, una persona que ha padecido un episodio de cistitis puede presentar nuevos episodios de infección, que pueden ser tanto recidivas (causadas por el mismo microorganismo) como reinfecciones (causadas por un microorganismo diferente). Por ello, resulta de interés conocer cuáles son las causas frecuentes y los síntomas sospechosos de cistitis, qué se consideran infecciones recurrentes y algunos consejos, pautas y remedios para evitarlo.
Causas frecuentes y síntomas sospechosos de cistitis
El patógeno causal más frecuente de cistitis es Escherichia coli (E. coli), que representa alrededor de un 80% de los casos. Otros patógenos frecuentes son Proteus spp., Kleibsela spp., Pseudomonas o enterococos. Entre los adquiridos en la comunidad, Staphylococcus saprophyticus se relaciona con cistitis de repetición en mujeres sexualmente activas. Candida albicans es un frecuente colonizador en pacientes diabéticos, cateterizados o tratados con antibióticos durante un período prolongado.
Aparte de las causas habituales que provocan cistitis; en una mujer sana no embarazada, con ausencia de alteración del flujo o irritación vaginal, la sola presencia de síndrome miccional (disuria, polaquiuria, tenesmo y urgencia miccional) es criterio diagnóstico (con un valor predictivo de cistitis superior al 90%) y criterio de inicio de terapia antibiótica empírica. Asimismo, también es criterio diagnóstico la presencia de menos de tres síntomas clásicos con una tira reactiva positiva.
Infecciones recurrentes
Se define como una infección del tracto urinario recurrente aquella que se presenta en tres ocasiones durante un año o en dos ocasiones o más en un semestre. El 50-70% de las mujeres padece una infección urinaria a lo largo de su vida; de éstas, el 25-40% sufre una recurrencia.
El 20% de las infecciones recurrentes son recidivas de una infección causada por el mismo microorganismo responsable de la infección previa y suele manifestarse en un plazo inferior a dos semanas, tras finalizar el tratamiento de la primera infección. El 80% restante se deben a reinfecciones por un microorganismo diferente al causante del primer episodio y suelen manifestarse en un plazo superior a las dos semanas transcurridas desde el episodio previo.
Una recidiva infecciosa se debe tratar siempre según el resultado del antibiograma, dado que una de las posibilidades de fracaso terapéutico a considerar es la resistencia antibiótica. En caso de que la clínica u otras circunstancias no permiten demorar el tratamiento al resultado del antibiograma, se debe emplear un antibiótico diferente al prescrito para la infección del tracto urinario previa.
Son diversos los motivos por los que aparecen recurrencias. Algunos son factores predisponentes y, por tanto, no son modificables, pero otros tienen que ver con el estilo de vida, de modo que pueden modificarse con un cambio de hábitos. Algunos de los factores que influyen son:
- Edad. La frecuencia de cistitis aumenta con la edad.
- Predisposición genética. Evidencia de la predisposición en caso de tener un pariente de primer grado con infección del tracto urinario, por ejemplo, la madre.
- Antecedentes de infección antes de los 15 años.
- Predisposición de la vagina a ser colonizada por uropatógenos.
- Relaciones sexuales frecuentes. Las relaciones aumentan el riesgo de infecciones.
- Uso reciente de antibióticos o resistencia a los mismos.
- Uso de espermicidas.
- Hábitos de higiene incorrectos.
- Infección no tratada correctamente.
¿Cómo evitarlo?: algunos consejos
A continuación, se enumeran algunos de los consejos más efectivos que pueden considerarse medidas preventivas para evitar tanto la aparición de cistitis como su recurrencia:
- Evitar retener la orina, orinar siempre que sea necesario. No se aconseja pasar más de cuatro horas sin orinar excepto durante las horas nocturnas.
- Hidratarse. El agua favorece un correcto lavado de vías urinarias.
- Vaciar completamente la vejiga tras la micción.
- Mantener una flora intestinal y vaginal óptima. Especialmente con predominio de Lactobacillus en este último caso, ya que se considera que los bacilos desempeñan un papel crítico en el mantenimiento del ecosistema vaginal al prevenir la excesiva proliferación de microorganismos indeseados capaces de producir patología urogenital cuando son dominantes.
- Evitar el estreñimiento para reducir el número de bacterias acumuladas en el recto.
- Higiene de la zona de delante hacia atrás.
- Higiene íntima diaria del área anogenital con productos específicos.
- Orinar inmediatamente después de mantener relaciones sexuales.
- Higiene de la zona perianal y genital antes y después de las relaciones sexuales.
- Evitar el uso de productos perfumados, espermicidas, desodorantes vaginales, duchas vaginales, etc.
- En cistitis de repetición se desaconseja el uso de diafragmas, tampones, etc.
- Utilizar ropa de algodón transpirable.
- Evitar ropa de baño mojada o húmeda en playas y piscinas.
- En caso de sondaje, no elevar la bolsa de recogida de la orina por encima del nivel de la vejiga y realizar los cambios de bolsa de la manera más aséptica posible.
- Evitar la automedicación con antibióticos.
El cumplimiento de todas estas medidas preventivas o del mayor número de ellas posible contribuirá a la mejora de la calidad de vida y de la salud urinaria. Favorecerá una disminución de la aparición y recurrencia de este tipo de infecciones, con la consiguiente disminución también del uso de antibióticos, favoreciendo así disminuir la resistencia a los mismos.
En relación con las soluciones que podemos utilizar para abordar estas situaciones, destaca el empleo del arándano rojo americano. Existen en el mercado complementos alimenticios que cuentan en su composición con extractos secos de arándano rojo americano. Estos productos resultan muy interesantes como coadyuvantes en el caso de una infección del tracto urinario como cistitis preventiva. Evitan la adhesión de las bacterias por acción de las proantocianidinas que contienen en su composición, concretamente las de tipo A que tienen la capacidad de inhibir la adhesión de las fimbrias bacterianas a los receptores uroepiteliales. Su uso está muy extendido por su buena tolerancia y ausencia de interacciones significativas con otros fármacos. Asimismo, el consumo de arándanos rojos durante 6-12 meses demuestra un beneficio moderado en personas con infecciones del tracto ordinario recurrentes con episodios frecuentes.
En caso de padecer infecciones como cistitis con cierta regularidad, puede consultar a su médico o farmacéutico para que le indique tanto los consejos y medidas higiénicas a seguir, como la adecuación de utilizar un complemento alimenticio de este tipo a base de arándano rojo americano para mantener mejorar la salud de vías urinarias y evitar las recurrencias.
Referencias
- Marco Rodríguez, A.; Nieto Pol, E. Infecciones del tracto urinario. Abordaje clínico y terapéutico. Cad. Aten. Primaria, 2019; 25(2): 12-16. [Acceso: 14 de mayo de 2023]. Disponible en: https://revista.agamfec.com/wp-content/uploads/2019/12/Agamfec-25_2-FINAL-12-16parasabermais1.pdf
- López-Ybarra, R. Prevención de la cistitis en la mujer desde la farmacia comunitaria. El farmacéutico. Mayo 2021, nº 599: 17-22. [Acceso: 14 de mayo de 2023]. Disponible en: https://www.elfarmaceutico.es/uploads/s1/24/26/ef599-profesion-prevencion-de-la-cistitis.pdf
- Cancelo, M.J.; Allué, J.; Ausina, V.; Fernández, G.Flora vaginal un abordaje multidisciplinar. “La visión del ginecólogo” Ediciones Mayo, 2010, Pág: 3-10. [Acceso: 14 de mayo de 2023]. https://www.researchgate.net/profile/Josep-Allue/publication/295097562_Flora_vaginal_un_abordaje_multidisciplinar/links/56c76f1b08ae5488f0d2d359/Flora-vaginal-un-abordaje-multidisciplinar.pdf
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