02-10-2023
Cuidado nasal frente a cambios de temperatura
Para respirar correctamente es conveniente que en las vías del sistema respiratorio por las que circula el aire inspirado no se encuentren obstáculos, se mantenga un cuidado nasal adecuado y unas correctas condiciones de higiene.
A menudo y, especialmente con los cambios de temperatura que se producen al cambiar de estación, aparecen resfriados causados por diferentes virus.
Por lo general, al iniciarse un resfriado se producen estornudos y rinorrea (mucosidad excesiva), habitualmente acompañados de picor de garganta, congestión nasal que dificulta la respiración y malestar general. Ante tal situación, el sistema respiratorio es clave en la defensa del organismo, ya que se encuentra expuesto de manera continua a múltiples antígenos ambientales y microorganismos (virus, bacterias, esporas y diferentes gases), entre otros.
Así, los mecanismos de defensa respiratorios son fundamentales para prevenir infecciones y procesos inflamatorios severos. Entre estos mecanismos se encuentran la tos, el sistema mucociliar y la defensa inmunitaria. Tanto la tos como el sistema mucociliar son mecanismos de defensa mecánica que se encargan de expulsar, violentamente en el caso de la tos o lentamente a través del transporte mucociliar, las partículas y gérmenes que agreden e irritan a las vías respiratorias.
Sistema mucociliar del aparato respiratorio
El sistema mucociliar consiste en una camada de células ciliadas con una capa de mucosidad que cubre ampliamente el sistema respiratorio y participa activamente en los mecanismos de calentamiento, humidificación y filtrado de aire inspirado y en la defensa local.
El epitelio respiratorio de las fosas nasales es continuación del de los senos paranasales y oídos, y también tiene continuidad con el epitelio de la nasofaringe, la orofaringe y la faringolaringe con características específicas a nivel local (epitelio de transición). En concreto, la nasofaringe acondiciona el aire inspirado humidificándolo, calentándolo y filtrando partículas de mayor tamaño gracias a los vellos nasales y la acción del mucus, siendo atrapadas y transportadas a la orofaringe para ser deglutidas.
En condiciones estructurales normales de permeabilidad nasal, con las condiciones inmunológicas adecuadas para preservar la función ciliar, con la película mucosa en cantidad y calidad ideales y en presencia de condiciones climáticas favorables, este sistema mucociliar es capaz de cumplir sus funciones de preparación del aire inspirado, limpieza de partículas, microorganismos y defensa local.
Cambios y factores que influyen en el sistema mucociliar
Existen diferentes cambios y factores que puedan influir en el funcionamiento del sistema mucociliar. Éstos pueden provocar cambios en la calidad del aire inhalado y, por tanto, trastornos respiratorios de intensidad variable, pudiendo fomentar así la aparición de procesos inflamatorios e infecciosos de las vías respiratorias.
Diferentes condiciones adversas tanto locales como sistémicas o aquellas provocadas por agentes externos, pueden causar disfunción mucociliar, con o sin manifestaciones clínicas como, por ejemplo:
- Cambios estructurales y funcionales congénitos o adquiridos como discinesia ciliar, tumores benignos y malignos, deformidad del tabique, hipertrofia de cornetes, traumas, etc.
- Condiciones sistémicas alteradas tales como disfunciones inmunes temporales o permanentes, cambios hormonales (embarazo, uso de anticonceptivos), anemia, deshidratación, desnutrición, demencia, reflujo gastroesofágico, etc.
- Exposición a agentes externos como: una infección por virus, hongos, o bacterias; alérgenos (ácaros del polvo, polen, insectos, etc.), alteraciones/variaciones climáticas repentinas (frecuentes en los cambios estacionales), productos químicos y contaminación, el humo y otros olores fuertes, etc. Además, los contaminantes del aire inhalado pueden llegar a inducir daños en la mucosa de las vías respiratorias, provocando la aparición de diferentes patologías respiratorias.
En concreto, ante los cambios bruscos de temperatura, los seres humanos tienen la capacidad de mantener la temperatura corporal por medio de mecanismos fisiológicos. Así, las variaciones de condiciones térmicas ambientales inducen el desencadenamiento de mecanismos termo-regulatorios incluidos cambios en la frecuencia respiratoria. Los cambios en la humedad, el viento, la presión del aire inducen también cambios orgánicos, especialmente en el sistema mucociliar. En individuos normales o sin antecedentes de enfermedades nasosinusales, esos perjuicios pueden ser limitados a fenómenos de sequedad y obstrucción nasal, posiblemente con manifestaciones hemorrágicas. Por el contrario, en individuos con alteraciones previas en estas regiones pueden aparecer condiciones para el desarrollo o empeoramiento de la disfunción de las vías respiratorias, alergias y procesos infecciosos, a veces, con manifestaciones clínicas repetitivas.
Recomendaciones para un cuidado nasal adecuado
Ante la amplia gama de factores que pueden causar cambios funcionales en el sistema respiratorio, la correcta identificación de estos factores puede minimizar o incluso eliminar algunas de estas condiciones. En este sentido, deben tenerse en cuenta medidas fisiológicas, médicas y culturales que puedan influir en ello. Por ejemplo, personas sensibles y propensas a los cambios en el sistema mucociliar o con una historia de cambios relacionados con el tiempo/ clima, deben ser instruidas para buscar una evaluación médica especializada y ser tratadas de forma preventiva con hidratación local y sistémica, vacunas y medicamentos específicos, durante las temporadas o estaciones que son más sensibles.
Asimismo, es importante llevar a cabo un cuidado nasal diario. En este sentido, en los últimos años diferentes evidencias clínicas y experimentales, están sugiriendo la efectividad de los lavados nasales con soluciones de agua de mar como medida de higiene preventiva y/o como tratamiento adyuvante en el cuidado nasal y en diferentes patologías respiratorias de las vías altas. Además, en la actualidad, la utilización de soluciones nasales con agua de mar parece aportar ventajas clínicas como co-tratamiento en algunas afecciones como por ejemplo en: rinosinusitis aguda y crónica, rinitis alérgica, así como en la disminución del tiempo de recuperación tras procedimientos endoscópicos y quirúrgicos.
En el mercado actual se pueden encontrar productos que contienen agua de mar y que pueden ayudarnos. Existen además preparados de agua de mar que incluyen en su composición otros ingredientes coadyuvantes de la higiene nasal, como aloe vera y ácido hialurónico. Estos ingredientes contribuyen de una forma más completa al bienestar nasal, no solo en cuanto a la hidratación, sino aportando también suavidad y purificación a dicho epitelio, gracias a sus propiedades hidratantes, suavizantes, calmantes y reparadoras.
Un estudio realizado con el objetivo de analizar la opinión, actitud y comportamiento de los principales especialistas involucrados en la recomendación de los lavados nasales con agua de mar concluyó que debería potenciarse el uso de soluciones nasales mediante dispositivos ergonómicos en spray que permitan la microdifusión o pulverización a baja presión frente a los sistemas de irrigación o chorro. Estos dispositivos en spray son además los preferidos por los pacientes, siendo las soluciones salinas de agua de mar de gran ayuda para mejorar la respiración a través de la reducción de la mucosidad y la congestión.
Para realizar un cuidado nasal adecuado, es recomendable contar con el asesoramiento de un profesional sanitario como el farmacéutico que nos indicará la presentación de agua de mar que más se adecúa en cada caso, así como las pautas correctas para llevar a cabo un correcto cuidado nasal para su óptimo funcionamiento ante situaciones que pueden afectarnos como son los cambios de temperatura.
REFERENCIAS
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