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24-03-2023

Abordaje de la intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es un problema que afecta a una extensa población a nivel mundial, pero no es una amenaza seria para la salud. Se sabe que la intolerancia a la lactosa afecta a entre un 20% y un 40% de los españoles.

Las primeras sospechas de intolerancia a la lactosa aparecen cuando tras la ingestión de leche se presentan algunos síntomas tales como dolor o distensión abdominal, gases y diarrea. Habitualmente, las personas que tienen problemas para digerir la lactosa aprenden probando qué productos lácteos y en qué cantidad pueden tomarlos sin presentar molestias y cuáles deben evitar.

Muchas de las personas con intolerancia a la lactosa podrán disfrutar de los productos lácteos en pequeñas cantidades, junto con otros tipos de alimentos o aportando soluciones como complementos alimenticios que contengan la enzima lactasa que podemos encontrar en el mercado hoy en día, que les permitan digerir dichos alimentos.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La lactosa es un azúcar predominante en la leche, un componente natural en la leche de los mamíferos. Se trata de un disacárido hidrosoluble que se forma por la unión de galactosa y glucosa. Aunque principalmente está presente en los productos lácteos, es también un aditivo alimentario de uso común utilizado por la industria alimentaria.

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del intestino para digerirla y transformarla en sus constituyentes (glucosa y galactosa) para poder ser absorbidos. Esta intolerancia ocurre por el déficit de la enzima beta-galactosidasa llamada lactasa intestinal, que se conoce como hipolactasia. Además, en muchas personas el contenido en lactasa va disminuyendo con el paso de los años.

En concreto, la lactasa está presente de forma natural en las vellosidades del duodeno distal y el yeyuno proximal. Pero no siempre este déficit conlleva la aparición de síntomas y así el término “malabsorción de lactosa” significa que la lactosa no es absorbida, mientras que “intolerancia a la lactosa” se refiere a la aparición de síntomas clínicos originados por su malabsorción. 

Síntomas de la intolerancia a la lactosa

Los síntomas producidos por la malabsorción de la lactosa son varios y poco específicos. Los más habituales son la diarrea, dolor abdominal, meteorismo, distensión abdominal, borbogismos o incluso, estreñimiento. Estos síntomas se inducen cuando la lactosa no absorbida alcanza el colon, es fermentada por las bacterias colónicas y se producen ácidos de cadena corta y gas (hidrógeno, dióxido de carbono y, en algunos sujetos, metano).

Los adultos con deficiencia de lactasa suelen mantener entre un 10% y un 30% de la actividad lactasa intestinal y solo desarrollan síntomas cuando ingieren suficiente lactosa como para sobrepasar los mecanismos compensadores del colon. Además, la aparición de los síntomas no depende solamente de la cantidad de lactosa ingerida sino y, sobre todo, de los mecanismos de compensación cólica.

La gravedad de los síntomas varía dependiendo de la cantidad de lactosa ingerida y de la tolerancia individual. Hay pacientes que con cantidades pequeñas de lactosa (de 5 a 12 gramos, contenidos en 100 a 250 cc de leche) pueden presentar síntomas.

Tipos de problemas con la lactosa

Los tipos de problemas relacionados con la lactosa están condicionados por diversos factores que pueden producir la deficiencia en lactasa y que se pueden clasificar, en términos de intolerancia a lactosa, en tres grupos principalmente:

  1. Deficiencia congénita de lactasa: inicialmente se consideró que la causa de este desorden era la total ausencia de la enzima, pero se observó que en la mayoría de estos pacientes la lactasa estaba presente, aún a nivel de trazas, mucho más bajo que en un adulto con hipolactasia. Esta deficiencia congénita se presenta con una diarrea severa que ocurre durante las primeras horas o días de vida, con deshidratación, desnutrición y grandes cantidades de lactosa en heces. Es una deficiencia muy rara.
  2. Intolerancia primaria – tipo adulto: este tipo de intolerancia a la lactosa es la más común, caracterizada por la baja actividad de la lactasa en adultos.
  3. Deficiencia secundaria en lactasa: este desorden puede ocurrir como consecuencia de una gran variedad de patologías en el intestino, asociadas con el daño en el borde en cepillo de la vellosidad intestinal, tras una enfermedad, cirugía o lesión que afecta a este órgano.

Además de estos problemas, existen distintos grados de intolerancia a la lactosa, por ello hay que individualizar el consumo de lácteos a la cantidad de lactosa tolerada.

Manejo de la intolerancia a la lactosa

Su tratamiento se basa en la exclusión de lactosa durante al menos 4 semanas. Posteriormente, puede ser reintroducida en pequeñas cantidades para permitir la adaptación de la flora colónica.

Así, el 70-80% de los pacientes responde a una dieta sin lactosa. Los síntomas intestinales de pacientes que consumen productos lácteos pueden reducirse con el uso de fermentos comerciales añadidos a la leche. Sin embargo, una de las principales recomendaciones de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) es evitar la eliminación completa de los lácteos de la dieta, manteniendo el consumo de una cantidad que no provoque síntomas de intolerancia.

La lactosa está ampliamente difundida en la industria alimentaria y su exclusión estricta puede ser complicada. Por ejemplo, ciertos alimentos preparados pueden presentarla en su composición, como algunos embutidos, por ejemplo.
Entre los alimentos, el yogur y los quesos curados suelen tolerarse mejor, aunque en el mercado actual cada vez hay más alimentos con bajo contenido en lactosa.

No obstante, existen en el mercado actual complementos alimenticios que mejoran la digestión de los lácteos en aquellas personas que presentan sintomatología de mala digestión de la lactosa. Son productos en comprimidos que contienen en su composición la enzima digestiva lactasa de 4.500 o incluso de 15.000 FCC por comprimido, que son las siglas de “Food Chemical Codex”, una unidad de medida (estándares reconocidos a nivel internacional para determinar la identidad y pureza de ingredientes alimenticios) utilizada para medir la actividad de las enzimas. Este tipo de complementos alimenticios son de especial utilidad en aquellas personas que presentan una producción insuficiente de lactasa, presentando una sintomatología clínica de mala digestión de lactosa.

En relación con el uso este tipo de complementos alimenticios, no deben usarse como sustitutos de una dieta variada y equilibrada ni un estilo de vida saludable. De manera general, se pueden tomar hasta 12 comprimidos a día de los complementos que contienen lactasa de 4.500 FCC y hasta 3 comprimidos al día para los de 15.000 FCC. La ventaja es que, con el tiempo, cada consumidor será capaz de establecer la dosis que requiere.

Referencias

  1. Rodríguez Martínez D.; Pérez Méndez L. F. Intolerancia a la lactosa. Rev. esp. enferm. dig.  2006; 98(2): 143-143. [Acceso: 2 de febrero de 2023]. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-01082006000200009&lng=es. 
  2. Malabsorción e intolerancia a la lactosa son trastornos digestivos que no implican la eliminación completa de lácteos de la dieta. Sociedad Española de Patología Digestiva. 2018. [Acceso: 2 de febrero de 2023]. Disponible en: https://www.sepd.es/storage/prensa/131_Malabsorcion_intolerancia_lactosa.pdf 
  3. Argüelles Arias, F.; Carballo Álvarez, F.; Domínguez Muñoz, E. Protocolo de diagnóstico de la hipolactasia/ intolerancia a la lactosa/malabsorción de lactosa en práctica clínica. SEPD/ FEAD. 2018. [Acceso: 2 de febrero de 2023]. Disponible en: https://sepd.es/storage/PDFs/Protocolo_diagnostico.pdf 
  4. Maldonado Celis, M.E. Intolerancia a la lactosa: etiología y mecanismos que la originan. Perspectivas en nutrición humana. [Acceso: 2 de febrero de 2023]. Disponible en: https://revistas.udea.edu.co/index.php/nutricion/article/view/336524/20791898 
  5. La Orden Izquierdo E.; Carabaño Aguado I.; Pelayo García F.J. Estado actual de la intolerancia a la lactosa en niños. Rev Pediatr Aten Primaria 2011; 13 (50): 271-278. [Acceso: 2 de febrero de 2023]. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-76322011000200010&lng=es. 
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